Por: Patricio Pereyra
patricio.criticunder@ymail.com
Calificación: ★★★★
El nuevo cine italiano llega de la mano de una dupla: Tizza Covi, italiana y Rainer Frimmel, austriaco. La Pivellina desembarcó en las salas de Argentina después de su paso por el BAFICI y multipremiada, hasta el cansancio, en todo el mundo, de una manera inmejorable.
La historia de Patricia, una cincuentona de cabellos rojos, comienza cuando ella está buscando a su perro, Hércules, en un parque de la periferia de Roma, encuentra a una niña pequeña abandonada, que lleva entre sus ropas un mensaje de la madre que promete volver algún día a buscarla. La nena, que dice llamarse Aia (Asia), es acogida en un campo habitado por artistas de circo y con la ayuda del adolescente Taio, empiezan a cuidarla. Patti empieza a buscar a la madre de la niña y mientras tanto le da afecto y una nueva casa. Es un mundo pobre y precario, pero rico en calidez, afecto y alegría.
No es una historia verdadera, pero en todo momento el espectador estará inserto en las vidas de los protagonistas, en un film que tiene mucho del formato docu-reality. La humanidad y coraje de estos personajes sumidos en la marginalidad, por los prejuicios de la sociedad italiana, da un tinte totalmente diferente otorgando una nostálgica ternura. Personajes entrañables, que desearíamos encontrarnos en el camino de la vida.
Quiero aclarar que la hora y media de cinta puede tornarse excesiva, densa, en algunos momentos, a los ojos del espectador argentino. Es un buen film intimista, con excelentes actuaciones, que no cuenta una gran historia, sino una simple, chiquita pero efectiva… algo a que el público argentino no está acostumbrado a consumir.
No seamos pretenciosos con aspectos secundarios y empecemos a apoyar masivamente, esperando que la apertura del imaginario colectivo llegue a las salas donde se presente: LA PIVELLINA.
Dirección: Tizza Covi y Rainer Frimmel.
Guión / Montaje: Tizza Covi.
Fotografía / Producción: Rainer Frimmel.
Duración: 104 minutos
Año de realización: 2009
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