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23/2/12

El topo, intriga en plena guerra fría


Por: María Victoria Vázquez


Inglaterra. Principios de la década del ’70. El jefe del servicio de inteligencia británica, Control (John Hurt), sospecha que en su organización hay un infiltrado, un “mole” (“topo”, en inglés), que está colaborando con los soviéticos.  

Para conseguir ese nombre decide organizar una misión extraoficial, pero el operativo falla, y termina en el despido de Control, y su hombre de confianza, el opaco Smiley (Gary Oldman en una brillante interpretación que le valió su primera nominación al Oscar).

Un año después, Control ha fallecido, y el primer ministro decide convocar a Smiley para retomar la investigación sobre el posible doble-espía. Como en un juego de ajedrez que el propio Control dejó inconcluso, Smiley deberá ubicar las piezas para descubrir quién, si acaso alguien, es el traidor.

Esta película está basada en la novela homónima del especialista en espías John Le Carré, y ya tuvo una adaptación como 1979, como mini-serie. En esta oportunidad,  la adaptación estuvo a cargo de Bridget O’Connor, y Peter Straughan, y también está nominada al Oscar por guión adaptado.

El director es Tomas Alfredson (el mismo de Dejame Entrar), y el reparto una lista lujosísima de actores: el cada vez más versátil Colin Firth, Tom Hardy, Mark Strong, por nombrar a los más destacados.

La estética del film se corresponde con el período retratado, algo que a mí me pareció muy acertado. No es sólo la ambientación de época, el tipo de filmación incluso parece ser de los años ’70. Un film más bien oscuro, de ritmo pausado, pero suspenso creciente, cercano al tipo de suspense de Hitchcock. La narración se toma su tiempo, pero como la trama es compleja, ese tiempo sirve para que el espectador se habitúe a los nombres de los personajes, y pueda seguir el desarrollo de la historia.  

Tal vez cueste al público acostumbrado a los nuevos espías de ficción, con sus enormes despliegues tecnológicos, y desempeños acelerados pero muy básicos, adaptarse al ritmo de estos profesionales, que trabajan exclusivamente a base de intuición e  inteligencia.  Y es verdad que la primera media hora (el film dura dos horas) se hace más lenta, ya que hay que ubicarse en  la trama, recordar los nombres, y distinguir los flashbacks de la acción presente, pero vale la pena, aunque probablemente resulte molesto para quien no comparta el planteo propuesto. Es una película de espías, no una película de acción.

Lealtades, traiciones, ambiciones, y los anteojos de Smiley, a través de los cuales vemos la historia, que deben discernir lo que ven, incluso discriminando lo que es de índole personal, para determinar la verdad.

Nota al pie: Si no se van a quedar a ver los créditos, pero se lo preguntan, sí, el que canta la canción en francés del final (La Mer) es Julio Iglesias.

Ficha técnica

Dirección: Tomas Alfredson
Reparto: Gary Oldman, Colin Firth, Tom Hardy, John Hurt, Toby Jones, Mark Strong, Benedict Cumberbatch, Ciarán Hinds,Stephen Graham, Amanda Fairbank-Hynes
Guión: John le Carré, Peter Straughan




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