Calificación: ★★★
Hundido en su totalidad en una temática raras veces llevada a la pantalla grande, José Celestino Campusano logra trasladarnos, fiel a su estilo, a una realidad desconocida, desconcertante y de gran peso social. Con una dinámica de trabajo particular, el autor y director consigue adentrarnos en un submundo que se acerca tanto a la verdadera esencia de la historia como podamos imaginarnos. Campusano, no intenta recrear esta conflictiva historia de un motociclista y sus costumbres, gustos y códigos, por el contrario, intenta ser testigo con escasa tendencia subjetiva de un hecho, una situación, un aquí y ahora, que está dispuesto a mostrar con un alto rango de veracidad. Tal vez su afán de apuntar a este criterio, el mismo que hace que disponga de actores no profesionales ni de formación, y a ciertas libertades en materia de guion, es quien por momentos lo traiciona, transformando esa esperada naturalidad de las cosas, en monótonos trazos de superficialidad interpretativa. Vikingo, nos abre los ojos hacia que tal vez no deseamos ver, pero que existe. A partir de ese momento, nos exige una reflexión, mínimamente una opinión formada sobre ciertas prácticas que no debieran suceder jamás.
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