Por: Patricia Relats
El tío Steven es uno de mis directores
favoritos, no puedo evitarlo. Me encanta saber que voy a ver un despliegue de
ilusiones que sólo su cine me hace sentir y que pase lo que pase, me quedaré
con un mensaje esperanzador sobre la vida y la humanidad. Él es así: usa el
cine para soñar por más que no la ha tenido fácil y yo siempre respondo a cada
cosa que hace como cuando tenía 8 años y lloré desconsolada porque ET se iba.
Esta historia ha sido tachada de rosa
pero es un melodrama hollywoodense con una estructura bastante clásica que
responde a casi todas sus constantes: está la música como catalizador casi todo
el tiempo, la fotografía imponente, el poner la historia por sobre el casting,
la utilización de grandes planos abiertos para que se luzca el set y así puedo
seguir. Yo creo que todo lo que funciona tiene que remarcarse, no se trata de
condenar a nada por etiquetas y cuando digo “hollywoodense” o “comercial” no
los veo como aspectos negativos.
Por otro lado, la mano del director se
ve cuando nos presenta los distintos episodios en la vida del caballo,
estructura que funciona ya que todas se cierran en sí misma y se pueden separar
como fragmentos. Está muy bien usada y va dotando de carácter al animal.
Una vez escuché que alguien decía que
mandaban a los jóvenes a la guerra no porque fueran más fuertes o más rápidos,
sino porque creen que no van a morir nunca. Acá se nota esa arrogancia que se
confunde con valentía y vemos muertes innecesarias y crueldades miles. La
escena en la que los bandos se unen por misericordia al animal atrapado es
brillante por eso, porque logra contrastar la basura y mostrar que los
adolescentes de ayer, después de la guerra, son veteranos a los 20 años.
La película es para pantalla grande y
para el sonido de siete canales de la sala. Perdón, pero es así. No importa
cuán buena sea tu copia, nunca va a ser lo mismo el fílmico. La paleta de
colores es brillante, la ambientación también y la música…bueno, es John
Williams. Yo creo que él respira música y nosotros reaccionamos como bajo un
encantamiento.
Advertencia: no existen los melodramas
breves. Es para ahogarse en pochoclos.
Director: Steven Spielberg
Género: Drama, historia, guerra
País: Estados Unidos
Año: 2011
Duración: 146 minutos
Elenco: Jeremy Irvine, Emily Watson y David Thewlis
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